La comunidad religiosa de las Hijas de María Auxiliadora vivió una jornada
especial, llena de alegría y espiritualidad el pasado 10 de agosto. Se trató de dos
eventos significativos en el calendario de la congregación: la primera profesión
de fe de una hermana que culminó su proceso de noviciado, y las bodas de plata
de cinco hermanas salesianas que han dedicado 25 años de su vida al servicio
religioso.
Tras un proceso riguroso de preparación nuestra hermana Sor Jessica
Castellanos completó con éxito su noviciado, un proceso que simboliza el
compromiso y la entrega total a la vida religiosa y celebró su primera profesión
religiosa. La ceremonia estuvo cargada de emotividad y alegría, con familiares,
amigos y miembros de la comunidad presentes para compartir este importante
momento.
“Me embarga una completa felicidad y una inmensa gratitud a las hermanas que
me acompañaron en este momento, a toda la comunidad, pero también a Dios.
Los esposos cuando deciden casarse, ellos reciben amarse el uno con el otro
toda la vida y la vida religiosa es algo similar, solo que con el señor. Decido yo
amar y hacerme una con el señor” expresó Sor Jessica Castellanos tras la
eucaristía de profesión religiosa.
El segundo motivo de celebración fueron las bodas de plata de cinco hermanas
salesianas: Sor Carol Erazo, Sor Karla Chacón, Sor Marisela Enamorado, Sor
Ada Luz Portillo y Sor Gema Cholotillo festejaron 25 años de dedicación y
servicio a la comunidad. Estas hermanas han mostrado un compromiso
inquebrantable con la misión de las Hijas de María Auxiliadora, guiando y
apoyando a jóvenes y niños a lo largo de su vida.
“Hay que orar y preguntarle a Dios que quiere de nuestra vida y el señor nos va
a decir que es lo que quiere” dijo Sor Carol Erazo, una de las festejadas. Por su
parte, Sor Aracely Rodas, nuestra hermana provincial destacó su profunda
satisfacción por el impacto positivo del trabajo de cada una de las hermanas de
la congregación “Que alegría ser hija de María Auxiliadora y seguir ayudando a
niños y jóvenes. Dios a cada uno nos llama a algo y en nuestro caso nosotras
como hermanas religiosas hemos recibido un llamado a servir a niños y jóvenes
y mostrarles el amor de Dios”
La jornada concluyó con un almuerzo que unió a todos los presentes en una
experiencia de fe y gratitud. Las Hijas de María Auxiliadora continúan su misión
en la formación y el acompañamiento de niños y jóvenes para hacer realidad el
sueño de Don Bosco.
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